De seguro en más de una oportunidad hemos escuchado la frase “patentar una marca” expresión errónea que está basada en la confusión de 2 trámites completamente diferentes uno de otro, pues bien, las marcas NO se patentan, lo que una persona sí puede hacer es solicitar el registro de una, pero, ¿Qué entendemos por marca? Se trata de un signo que puede ser representado por un nombre, logotipo o elemento gráfico capaz de distinguir en el mercado productos o servicios para así evitar confusión entre los consumidores, de esa forma quien obtiene el registro y se convierte en titular de una marca, puede impedir que terceros puedan reclamar un derecho sobre dicha marca o incluso hagan uso de ella sin su consentimiento. En cambio, la patente consiste en el derecho exclusivo otorgado a un inventor por el Estado y que permite que terceros exploten por medios comerciales su invención durante un plazo limitado, es un reconocimiento por su actividad novedosa y retribución material por su invención comercial.
Actualmente el registro de una marca tiene una duración de 10 años, que luego puede renovarse indefinidamente.
En el caso del registro de patentes, el tiempo de duración es dependiendo, si es una patente de invención (20 años) o patente de modelo de utilidad (10 años) ambas son no renovables.
